viernes, 24 de diciembre de 2010

Teodora : la prostituta que gobernó un imperio

Se cree que Teodora nació en alguna parte de la costa asiática de Turquía, en el siglo VI d.C. Su familia de clase humilde, estaba constituida por sus progenitores y otras dos hermanas. La familia se había trasladado a la capital del imperio, Constantinopla donde Acadio, el patriarca de la familia, había conseguido trabajo como cuidador de los osos del hipódromo de la facción conocida como los Verdes, lo que supuso para la familia salir de la miseria. Pero la estabilidad familiar duró poco, ya que Acadio murió pronto y la madre casada de nuevo, se vio obligada a acudir con sus hijas vestidas de suplicantes al hipódromo y rogar por la ayuda de las facciones del hipódromo interrumpiendo una carrera en la pista central. Esta vez fue la facción de los azules la que dio trabajo al padrastro de Teodora, con lo cual, la familia siguió vinculada al hipódromo. Como camino a la situación de pobreza de las niñas ligadas al hipódromo, su única salida era el teatro o la prostitución, cuyos conceptos venían por aquel entonces a ser sinónimos.
La primera hermana en tomar el camino del teatro fue Comino, Teodora ayudaba en la puesta en escena como su asistente, transportando el taburete sobre el que su hermana  se sentaba en sus representaciones. Pero llegó un día en que su papel dejó de ser secundario y debutó también en el teatro, su especialidad eran los chistes obscenos, las contorsiones y sus contoneos en el escenario ligeramente cubierta de ropa. Pero hubo un número especial que la hizo destacar sobre las actuaciones del hipódromo en el que se presentaba desnuda ante el público, se dejaba caer al suelo con las piernas abiertas, mientras unas esclavos esparcían grano de cebada sobre su cuerpo y empujados por los esclavos los gansos devoraban los granos sobre su cuerpo mientras Teodora fingía excitación con cada uno de aquellos picotazos.

Alcanzado su gran éxito en el teatro, Teodora se convirtió en una celebridad y como tal era la invitada de toda fiesta que se preciase. Su fama a la hora de satisfacer a anfitriones e invitados era por todos conocida y con 16 años se convirtió en la prostituta mejor pagada de Constantinopla. Alcanzado el éxito y para evitar pagar una cantidad de sus ganancias a la facción azul, junto con su amiga Antonina, y otras dos prostitutas abrió su propio burdel en la capital.
En la cima de su éxito, conoció al recién nombrado gobernado de Pentápolis, si fue amor o ambición, el caso fue que lo abandonó todo por seguir a aquel hombre convertida en su amante oficial. La relación fue un auténtico fracaso y fruto de ella nació una niña, que hubo de abandonar en su regreso a casa.

Fue en esta época en la que se produjo un cambio total en su vida. Conoció a Severo, ex-patriarca de Antioquia, que roma había separada de su cargo por defender el monofisismo, que sostenía la existencia de una sola naturaleza divina, Cristo.
Tras 3 años de ausencia, Teodora volvió de nuevo a Constantinopla. Su amiga Antonina, era por entonces la amante del famoso general Belisario, amigo del sobrino del nuevo emperador, Justino. Sin embargo se cree que durante esta época Teodora ya se había retirado de la prostitución, no acudía a fiestas ni aceptaba la compañía de hombres y se pasaba los días hilando en la rueca. Sin embargo, si aceptó conocer a Justiniano, el sobrino del emperador.  Justiniano no tardó en enamorarse de Teodora y de convertirla en su amante. Al poco tiempo Justiniano la elevó asombrosamente a la categoría de patricia. Sin embargo, Teodora quería legitimar su matrimonio, pero la ley era inflexible a este respecto y estaba prohibido que tanto prostitutas como artistas de teatro se casasen con nobles. En este punto la emperatriz Eufemia, pareció dispuesta a impedir semejante aberración por lo que tuvieron que esperar a la muerte de esta para que el emperador Justino diese su consentimiento derogando la ley que impedía los casamientos entre distintas clases. 3 años más tarde, Justino empieza a compartir la carga de gobierno con Justiniano, unos meses después muere. Teodora se convierte en la emperatriz consorte a lo 27 años de edad.
Una vez que Justiniano ha alcanzado el poder, el papel de Teodora no se limita a sus labores de mujer discreta. Su influencia sobre el emperador le lleva a la renovación del derecho romano “Corpus Juris Civilis” en las que parece reflejar el largo periplo de las injusticias y padecimientos que pudo haber sufrido la ahora emperatriz. Entre las novedades que incluía la ley, destacan aquellas que defendían la igual de la mujer, el derecho al divorcio, la imposición de penas para los violadores, el derecho al aborto o la prohibición de la prostitución forzosa, creando planes de rescate para jóvenes prostitutas y rehabilitándolas para otros oficios. También promulgó la ley que permitía a las mujeres ser propietarias y mejoró el sistema de salud femenino, se castigó el maltrato a la mujer y la igualdad del derecho de los hijos legítimos e ilegítimos ante la ley, incluido el derecho de herencia.
Pero los altos impuestos para la financiación de las grandes obras del imperio, entre ellos el  templo de Santa Sofía y los excesos cometidos por los funcionarios llevaron a la rebelión del pueblo. Justiniano estaba dispuesto a huir de Constantinopla pero Teodora se opuso y Belisario, el ahora marido de Antonina, puso fin a al rebelión.
Después de 16 años en el poder, en el año 548, murió de cáncer de mama a los 40 años y su cuerpo fue enterrado en la iglesia del Santo Apóstol. Fue beatificada por la iglesia ortodoxa, convirtiéndose en santa. Su sobrina Sofía, casada con el sobrino favorito de Justiniano, se convertiría en la próxima emperatriz de Constantinopla.

BIBLIOGRAFÍA

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